Hitchcock, un genio de la promoción cinematográfica

Este fin de semana he estado en la exposición “Hitchcock, más allá del suspense”, organizada por el Espacio Fundación Telefónica (siento no haber avisado antes, pero acabó el 5 de febrero…) y por primera vez me paré a pensar en Hitchcock como genio no ya del cine, sino de la promoción de su obra.

En 1930, Hitchcock todavía no había dirigido ninguno de sus “grandes éxitos” (el salto a Hollywood no lo dio hasta 1940 con Rebeca), pero ya creó la Hitchcock Baker Productions Limited, una pequeña agencia que tenía como único objeto la distribución a la prensa de noticias sobre la vida y los proyectos del director. No solo era consciente del papel fundamental que jugaban los medios en la difusión del contenido, sino también de la importancia de desarrollar una marca personal que girase en torno a su figura (lo que en su caso se tomó de forma literal).

El 11 de noviembre de 1959 Hitchcock empieza el rodaje de Psicosis, con un presupuesto de 800.000$, escaso para la época. De hecho, antes de su lanzamiento declaró que “Psicosis no será una superproducción sino un film extraño en todos los sentidos. Tratándose de una película fuera de lo habitual, en blanco y negro y sin grandes estrellas, no estoy seguro de que sea un éxito”.

De ahí que idease un plan de promoción que consiguiese generar expectación sin grandes inversiones presupuestarias, basado principalmente en estos tres aspectos:

  • Hacer partícipe de la historia al espectador, conviertiéndola en una experiencia global más allá de la película. Se lanzó un tráiler de la película en el que el propio Hithcock actuaba como guía en una visita por el “escenario del crimen”.
  • Mantener el misterio. No hubo entrevistas promocionales a los actores, ni pases previos para críticos. Solo quien fuera al cine a ver la película podía saber de qué iba la película. Además, se hizo una pegada de carteles pidiendo a los espectadores que no desvelaran la identidad del asesino, y en el pase el propio Hitchcock pedía que “no desvelen el final, es lo único que tenemos”.
  • La película se veía desde el principio… o no se veía. La política de puntualidad era inamovible. Nadie (“…not even the manager’s brother, the President of the United States, or the Queen of England (God bless her)!”) podía acceder a la sala una vez hubiese empezado la proyección de la película. Así se anunciaba en carteles, cines, e incluso por megafonía. Tal vez hoy en día esto no nos llame demasiado la atención, pero sí lo hizo en 1960, momento en el que imperaban las sesiones continuas. De hecho, muchos exhibidores se negaron en un primer momento a respetar la norma impuesta por Hitchcock, aunque cedieron ante la intransigencia del director. ¡Su película, sus normas!

    Psicosis
    Nunca sabremos cómo habría funcionado Psicosis con un plan de lanzamiento convencional, pero no cabe duda de que, ya en 1960, era fundamental contar con acciones que apoyasen la difusión del contenido.Y, como ya os comentamos en este otro artículosi producimos Branded Content estamos produciendo contenidos, por lo que tendremos que destinar parte de nuestros recursos a difundirlo. ¿O vamos a ser nosotros más listos que Hitchcock?