Hace unos 36 años, Alvin Toffler escribió el libro “La tercera ola” donde decía que, en un futuro no muy lejano, el consumidor se involucraría en el proceso de producción de los bienes, huyendo así de la masificación y adaptando el mercado a sus necesidades. A estos consumidores tan proactivos los llamó prosumidores (prosumers para los anglófilos), palabra que se deriva de unir productor + consumidor.
Independientemente de la vertiente analógica del término, ha habido varios factores que han favorecido la aparición de otro tipo de figura que cualquier marca con presencia en el entorno digital (o sea… ¿todas?) debe tener en cuenta: el prosumidor digital.
¿Qué es un prosumidor digital?
Un prosumidor digital es el consumidor que, además, es creador de contenido.
En mayor o menor medida, cualquier persona que tenga una mínima actividad digital se convierte en prosumidor casi sin saberlo. Desde el gran videoblogger con millones de seguidores hasta quien deja una reseña de un producto en Amazon, o el simple usuario que vierte una opinión en su cuenta de Twitter. Todos ellos están creando contenido y, por lo tanto, son prosumidores.
No obstante, dejando de lado a quien genera algún pequeño contenido puntualmente, los principales rasgos del Prosumidor Digital, así en mayúsculas, serían:
- Es un usuario hiperconectado: en cualquier momento, desde cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo.
- Le gusta dar su opinión: que el contenido que crea le genere beneficios económicos es secundario, su principal interés es tener voz, hacerse escuchar, dar su opinión y que otros usuarios la tengan en cuenta.
- Es crítico con la información que recibe: analiza, compara, prueba… Y siempre antepondrá la opinión de otro consumidor a la información que pueda facilitarle la marca.
El auge del prosumidor digital
Hay tres factores principales que han favorecido la aparición del prosumidor digital:
- En primer lugar, la aparición de la web 2.0 ha permitido una comunicación bidireccional, fomentando no solo la interacción con el usuario, sino que éste sea creador del contenido (blogging, microblogging, videoblogging, podcasting,…) ofreciéndole además variados canales de distribución gratuitos.
- En segundo lugar, la revolución de las redes sociales ha supuesto que, en mayor o menor medida, todos creemos contenidos y, lo que es más importante, ayudemos a distribuir contenidos de terceros.
- Por último, la hiperconectividad permite crear, distribuir, recibir y compartir contenido digital desde cualquier lugar y desde cualquier dispositivo.
¿Por qué debemos tenerles contentos?
Según el estudio de Google “Zero Moment of Truth” (2011):
- El 84% de los compradores usaron fuentes on-line para dirigir su proceso de compra.
- Un 37% aseguran verse influenciadas por los resultados de las búsquedas.
- Un comprador promedio utiliza 10,4 fuentes de información para tomar una decisión.
- Se valoran las opiniones de otros consumidores por encima de los mensajes de la propia marca.
Es decir, casi tan importante como que puedan encontrarnos fácilmente en internet, es que existan BUENAS opiniones sobre nuestra marca, ya que será un factor determinante para que el consumidor decida apostar por nosotros.